Solamente hace unos pocos años, incluso la idea de capturar una anomalía astronómica con lo que era considerado un «telescopio amateur» era absolutamente impensable. ¿Quiénes éramos nosotros para incluso intentar lo que las geniales mentes postularon e incluso los mejores equipamientos resolvieron? Una de las geniales mentes en considerar los efectos de las lentes gravitacionales fue Orest Chwolson, en 1924. En 1935, Einstein había subido las apuestas en su existencia con sus teorías. Un año más tarde en 1937, el brillante Fritz Zwicky estableció la idea de que los cúmulos de galaxias podían actuar como lentes gravitacionales. No fue hasta 1979 que sus efectos fueron confirmados mediante la observación del denominado «Doble Cuásar» SBS 0957+561… y hoy en día podemos probar que puede ser observado con un telescopio de 12 pulgadas bajo condiciones ideales y mucha determinación.
Bernard Hubl de Nussbach, Austria, es el típico astrofotógrafo que intenta capturar lo que pudiera considerarse imposible. «Abell 2218 es un cúmulo galáctico a unos 2.100 millones de años luz de distancia en la constelación del Dragón. Actuando como una poderosa lente gravitacional, aumenta y distorsiona las galaxias que yacen detrás del núcleo del cúmulo en largos arcos, como predice la Teoría General de la Relatividad».
Dice Berhard, «quería saber si podía detectar signos de estos arcos con un newton de 12 pulgadas con focal de 1120mm. Después de 12 horas de exposición bajo condiciones excelentes, sé que es un trabajo duro, pero estoy feliz de que pude identificar los tres arcos más brillantes.»
Fuente: Universe Today