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Actualmente, los científicos Magellans y Columbus, explorando en el, – no cartografiado mar-, en los márgenes de la Tabla periódica de los Elementos, han desembarcado en una isla largamente buscada, la legendaria Isla de la Estabilidad, hogar de un nuevo género de elementos superpesados, largamente buscados durante más de tres décadas.

Durante la presentación del 235 Congreso Nacional de la American Chemical Society, uno de los capitanes de estas expediciones a lo desconocido, describe, como los investigadores están viendo otras islas, en los márgenes más alejados de la Tabla Periódica.

“Ahora que se ha demostrado que la “Isla de la Estabilidad” de los elementos superpesados existe, resultaría interesante predecir la posición de otras islas”, ha manifestado Yuri Oganessian, Ph.D., del Russia’s Joint Institute for Nuclear Research in Dubna. El es un científico líder del Institute’s Flerov Laboratory of Nuclear Reactions.

El descubrimiento de elementos superpesados al comienzo de éste siglo por el equipo de Oganessian, también confirmó la existencia de la Isla de la Estabilidad, una región teórica de la Tabla Periódica, donde el prestigioso químico y Premio Nobel Glenn Seaborg consideró como una de las piezas fundamentales de la ciencia. La “Isla y su mar”, analogía que surge debido a que, estos elementos superpesados caen en una región de la Tabla Periódica, en donde otros elementos son inestables, desaparece en un abrir y cerrar de ojos. Los superpesados, por el contrario, son algo más estables que sus primos de vida más corta.

El equipo de Oganesssian se unió al California’s Lawrence Livermore Laboratory para sintetizar cinco nuevos elementos (113, 114, 115, 116 y 118) durante los últimos seis años. Tales elementos superpesados no existen en la naturaleza, y únicamente pueden ser creados, haciendo colisionar entre si elementos más ligeros a enormes velocidades, logradas mediante aceleradores de partículas altamente sofisticados.

La Tabla Periódica, un cuadro existente en las paredes de las clases de ciencias de todo el mundo, tiene listados todos los elementos químicos. Estos elementos, integran todas las cosas presentes en el Universo, desde los seres humanos hasta los medicamentos, y sirven de alimento a las estrellas y a los remolinos de nubes de gases de más de varios miles de millones de años luz de distancia, existentes en el Universo.

Los primeros 92 elementos de la tabla existen naturalmente, los demás, que actualmente se extienden hasta el elemento 118, fueron creados por los científicos mediante colisiones de núcleos atómicos con la ayuda de los aceleradores de partículas. Como su nombre indica, estas máquinas aceleran los átomos hasta casi 1/10 de la velocidad de la luz, y los hacen colisionar con otros átomos denominados “átomos dianas”. A veces, el núcleo de dos átomos en colisión se fusionan, y dan lugar a la formación de un nuevo elemento.

Oganessian y sus colaboradores están usando actualmente el acelerador de partículas de Dubna en un intento de sintetizar otro elemento superpesado, el número 120, y añadir más territorio a la Isla de la Estabilidad. Sorprendentemente, Oganessian cree que existe otra Isla de Estabilidad más lejana, que cae fuera de los límites de la Tabla Periódica.

“La próxima Isla, está situada muy lejos de la primera”, ha manifestado Oganessian, ¿A que distancia podría estar la siguiente Isla¿”, en términos de números de la Tabla Periódica, podría encontrarse alrededor del número atómico 164, según predicen algunos teóricos, sin lugar a dudas, un largo camino, a partir del que los investigadores están explorando actualmente con la esperanza de descubrir el elemento número 120.

Pero Oganessian cree que, para alcanzar las costas de la siguiente Isla de la Estabilidad, se requerirá una mayor comprensión del proceso de la formación de los elementos, y la construcción de un nuevo y más sofisticado acelerador de partículas.

Con el fin de estudiar las propiedades físicas y químicas de los elementos superpesados descubiertos y los por descubrir, los investigadores necesitarán producir muchos más núclidos que los que han sido capaces de obtener actualmente según Oganessian.

“con éste propósito, necesitamos incrementar la intensidad del haz que precisaría un nuevo acelerador”.

Resulta difícil anticipar que usos prácticos podrían obtenerse con la investigación de los nuevos elementos superpesados. Por ahora, nuestra atención está centrada en su descubrimiento y no en sus aplicaciones. No obstante, algunos elementos sintetizados anteriormente han aportado enormes beneficios a la población. Por ejemplo, el elemento 95, conocido como Americio, descubierto en 1944, se utiliza como detector de humo y en la industria médica y radiográfica.

Oganessian, declino especular acerca del uso potencial de los elementos superpesados, pero puntualizó que se necesitará una nueva y revolucionaria para producirlos. Aunque también manifiesto, que resulta difícil imaginar esa tecnología. Pero expresó su confianza en las habilidades de los futuros investigadores.

“No deseo fantasear, pero si se puede elaborar un método para la producción de elementos superpesados en grandes cantidades, estoy seguro de que se podrán encontrar aplicaciones útiles para estos elementos”.

Fuente: American Chemical Society, y Science Daily
Imagen: En la región de los elementos más pesados (superelementos), puede haber una “Isla de la Estabilidad”, la cual ampliaría la Tabla Periódica de los Elementos”