Estamos en proceso de recuperación de las secciones de LQ. Por favor, ten paciencia.

A diferencia de las misiones a la Luna o a Marte, las misiones a Venus son como pasear por una sarten. Con temperaturas que superan los 450 ºC y presiones superiores a 92 veces la de la superficie de la Tierra, un vehículo en la superficie de Venus es toda una hazaña. No obstante, esto es exactamente lo que pretende lograr un equipo de investigación y desarrollo del Centro de Investigación John Glenn de la NASA

Venus ha sido explorado por varias misiones diferentes, pero aún hay mucha ciencia por desarrollar en el planeta.

El Dr. Geoffrey Landis del Centro de Investigación John Glenn de la NASA ha dicho que “Comprender la atmósfera, clima, geología e historia de Venus proporcionaría una luz considerable acerca de la comprensión de nuestro propio planeta. Todavía la superficie de Venus constituye el entorno operativo más hostil de cualquiera de los planetas de superficie sólida del Sistema Solar”.

Las condiciones extremas de Venus convierten en imposible la aplicación de la tecnología tradicional para vehículos: el calor y la presión juntos, causan estragos sobre cualquier componente electrónico, y la atmósfera de Venus, compuesta principalmente por dióxido de azufre y ácido sulfúrico, resulta enormemente corrosiva sobre las partes metálicas. Y por si no fuera suficiente, la densa atmósfera hace que las condiciones de luz en su superficie, sean similares a las de un día lluvioso en la Tierra, lo que limita el potencial de la energía solar.

Para resolver el problema de situar componentes electrónicos en su superficie, el equipo dividirá en dos partes la misión: una estación móvil tendrá componentes electrónicos situados en una cámara refrigerada 300 ºC y la otra será un aeroplano que volará por la atmósfera del planeta donde su temperatura es más moderada. El aeroplano contendrá la mayoría de los componentes electrónicos sensibles, tales como los ordenadores y servirá de ayuda para transmitir toda la información a la Tierra.

El vehículo ruso Venera, fue el que permaneció operativo durante más tiempo sobre la superficie de Venus, funcionó durante dos horas antes de ser aplastado por la presión, pero el vehículo diseñado para esta misión durará más de 50 días.

Las condiciones extremas reclaman una tecnología de vanguardia; el equipo ha analizado la posibilidad de utilizar varias fuentes de energía diferentes, desde la solar a la nuclear pasando por haces de microondas. La energía solar no puede por si sola proporcionar la energía necesaria para desplazar el vehículo y mantener frío todo el equipo y la transmisión de energía mediante haces de microondas que podría recoger la energía solar desde el aeroplano, no resulta factible debido a la incapacidad de las nuevas tecnologías.

Esto nos deja únicamente la energía nuclear, algo que ya ha sido empleado en misiones anteriores, tales como, Galileo, Voyager, y la actual Cassini. Para propulsar los vehículos con energía nuclear existe un dilema: el calor generado por los ladrillos de Plutonio podría accionar un “Stirling engine” es decir, un motor que aprovecha la diferencia de presión entre dos recipientes para producir energía mecánica con alto rendimiento. Esta energía mecánica puede ser empleada para mover directamente las ruedas, o ser convertida en energía eléctrica para los sistemas de refrigeración. Está tecnología está siendo adaptada para ser empleada en Venus.
El Dr. Landis ha añadido “Hemos estado trabajando en al tecnología Stirling durante muchos años. El proyecto presentado fue un proyecto tipo Stirling específico para Venus, que lo convierte en un diseño muy diferente en algunos aspectos, sobre todo en que el calor se expulsa a temperaturas extremadamente calientes, pero lo estamos realizando a partir de las tecnologías existentes, no partimos de cero.

El aeroplano estudiará las condiciones atmosféricas de Venus y su campo eléctrico, mientras la unidad móvil podría ubicar las estaciones sísmicas y estudiar las condiciones de la superficie. Una cámara fotográfica en el aeroplano sería definitivo, pero ¿para cuando podríamos esperar a tener imágenes de la superficie del planeta, o saber más acerca de las nubes de ácido sulfúrico que lo envuelven?
El Dr Landis ha manifestado que “Se trata del estudio de una misión a largo plazo que no está financiada, así que inicialmente no está previsto que realmente se celebre. Sin embargo existe un gran interés para que tenga lugar entre el 2015 al 2020.

Fuente: Nicholos Wethington en Universetoday y Acta Astronautica

Imagen: http://www.universetoday.com/../2007-1115rover.jpg