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Plantas gigantes como Júpiter son una cosa, pero el Santo Grial del descubrimiento de un planeta extrasolar será el de otra Tierra, con vida.

Todavía no lo hemos logrado, pero los astrónomos han anunciado con fecha de ayer (24-4-2007), el mejor descubrimiento: un planeta de aproximadamente la misma masa que la Tierra orbitando en zona habitable a su estrella anfitriona. En otras palabras, puede existir agua líquida en este planeta rocoso.

La estrella anfitriona se denomina Gliese 581, y es una de las 100 estrellas más cercanas a nosotros, está situada a 20,5 años luz de distancia en la constelación Libra. A diferencia de nuestro Sol, es una estrella enana roja que emite mucho menos luz y energía. Este hecho hace que la zona habitable pueda estar más cercana a la estrella. Para que un planeta se mueva en órbita alrededor de su estrella anfitriona dentro de la zona habitable debe tener una órbita realmente estrecha.

Y así es como fue descubierto éste planeta. Se midió la velocidad radial de la estrella cuando la gravedad del planeta tiraba de la estrella hacia delante y hacia atrás. Los astrónomos pudieron medir esta velocidad con gran precisión y determinar así la masa del planeta y su periodo orbital. La medición fue realizada con el espectrógrafo del Observatorio Meridional Europeo, HARPS (High Accuracy Radial Velocity for Planetary Searcher) conectado al telescopio de 3,6 m de La Silla (Chile).

El planeta es “similar a la Tierra”, pero no se parece mucho a nuestro hogar. Es un 50 % más grande y su masa es unas cinco veces mayor. Completa su órbita cada 13 días y está unas 14 veces más cercano a su estrella que la Tierra al Sol. Puesto que se encuentra en la zona habitable, es muy probable que haya agua líquida en su superficie.

Desafortunadamente, el método radial únicamente facilita información a los astrónomos acerca de la masa del planeta y su radio orbital. No existe observación directa, por lo tanto carecemos de información para saber si hay realmente agua en su superficie, o incluso si existe Oxígeno en su atmósfera que pudiera indicarnos la presencia de vida. Pero misiones futuras como la Darwin estarán en su punto de mira para ver si se consigue un modo mejor de buscarla.

El equipo que lo ha descubierto cree, que descubrir planetas similares a la Tierra alrededor de una enana roja, actualmente es solo cuestión de tiempo

Fuente original: ESO News Release

Imagen: http://www.universetoday.com/wp-content/uploads/2007/04/2007-0425earthlike.jpg

La misión Darwin utilizará un conjunto de tres telescopios espaciales, (teniendo cada uno al menos 3 metros de diámetro), más una nave espacial como nudo de comunicaciones. Los telescopios funcionarán conjuntamente para explorar el universo cercano buscando signos de vida en planetas similares al nuestro. Esto representará un tremendo desafío que precisará de un gran número de innovaciones tecnológicas antes de que la misión sea lanzada a mediados de la próxima década.