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Los astrónomos creen actualmente que existen agujeros negros supermasivos en los núcleos de cada galaxia. Cuando estos agujeros negros son alimentados activamente con materia, resplandecen emitiendo radiación que resulta visible en todo el Universo.

Estas galaxias activas se conocen como cuásares, y se cree que son muy comunes en el Universo primigénio. Pero los astrónomos están teniendo problemas al tratar de encontrar casi cualquiera de ellos. Ahora empiezan a aflorar, por que sencillamente, habían estado ocultos.

Los agujeros negros supermasivos se encuentran muy en el centro de las galaxias, densas regiones de gas y polvo. Conforme el agujero negro supermasivo entra en la fase activa de alimentación, los torrentes de radiación vertidos colisionan con el polvo y en vez de brillar a través del Universo, la radiación resulta amortiguada por éste.

Estos agujeros negros están ocultos, pero no son totalmente indetectables. Los astrónomos, mediante el Telescopio Espacial Spitzer de la NASA, estudian 1000 polvorientas galaxias masivas que se sabe generan estrellas frenéticamente. Con todo este gas y polvo girando a su alrededor, se podría pensar que los agujeros negros supermasivos podrían ser alimentados activamente y resplandecerían como quasares. Pero no se observan quasares.

La visión infrarroja del Spitzer, sin embargo, permite a los astrónomos penetrar a través del polvoriento velo que rodea a los agujeros negros supermasivos y observar que 200 de estas galaxias estuvieron produciendo una inusual cantidad de radiación infrarroja. Los cuásares calientan el polvo que les rodea en forma de nube toroidal (como donuts), y es ésta nube la que emite la radiación detectada por el Spitzer.

Estos cuásares se encuentran entre 9 y 11 miles de millones de años luz de distancia. En otras palabras, vemos la luz que emitieron cuando solo tenían una edad comprendida entre 2,5 a 4,5 miles de millones de años. Anteriormente a ésta, únicamente los raros y extremadamente energéticos cuásares, resultan visibles, después de que se haya clarificado el gas y polvo que les rodea. Esta ampliación de población permite a los astrónomos un mucho mejor entendimiento de la evolución de las galaxias en el Universo primigénio.

Este descubrimiento también minimiza el papel que las colisiones de galaxias podrían haber tenido en el Universo primigenio, “los teóricos pensaban que, eran necesarias las fusiones entre galaxias para iniciar esta actividad de los cuásares, pero actualmente observamos que, estos pueden ser activos en galaxias no hostigadas”, así lo ha manifestado el coautor David Alexander de la Universidad de Dirham, del Reino Unido.

Las observaciones fueron realizadas como parte de Great Observatories Origins Deep Survey, el sondeo más sensible realizado hasta la fecha del Universo lejano, a múltiples longitudes de onda.

Fuente: Fraser Cain en Universetoday y en NASA News Release

Imagen: http://www.universetoday.com/wp-content/uploads/2007/10/2007-1029quasar.jpg