Estamos en proceso de recuperación de las secciones de LQ. Por favor, ten paciencia.

Si el debate sobre si Plutón era un planeta o no estaba ya muy visto, ahora hay una nueva razón para creer, o que Plutón es un objeto más del Cinturón de Kuiper, o que no es el único de esos cuerpos que deberían pertenecer a la lista de planetas. Y es que esta razón es que el décimo planeta descubierto, Xena, tiene una luna, llamada Gabrielle. Xena, que tiene un diámetro mayor al de Plutón, sigue así el ejemplo de éste y de otro objeto masivo descubierto recientemente, que también tiene luna. ¿Y si votamos en referendum si son planetas o no?

El recién descubierto 10º planeta, conocido como 2003 UB313, se parece cada vez más a un planeta del Sistema Solar. Tiene el tamaño de un planeta real (de hecho, es un 20% más grande que Plutón), un nombre pegadizo (Xena, por la princesa guerrera de la TV), y un record en el libro Guinness (a 97 unidades astronómicas del Sol, es el objeto más lejano detectado del Sistema Solar). Y los astrónomos y colegas del Instituto Tecnológico de California han descubierto, ahora, que tiene luna.

La luna, 100 veces más débil que Xena, orbita al planeta una vez cada dos semanas. Fue captada el 10 de septiembre de 2005, con el telescopio de 10 metros Keck II en el Observatorio W.M. Keck en Hawaii por Michael E. Brown, catedrático de astronomía planetaria, y sus colegas. La investigación estaba financiada en parte por la NASA.

«Desde el día en que descubrimos Xena, la gran pregunta había sido si tenía luna o no» dice Brown. «El que tenga una luna es algo que los más respetables planetas tienen, por lo que es bueno saber que éste también lo tiene.»

Brown estima que la luna, llamada «Gabrielle» (siguiendo los nombres de la serie de TV de Xena) tiene el tamaño de la décima parte de Xena, del cual se piensa que tiene unos 2700 km de diámetro (Plutón tiene 2274 km), por lo que el satélite podría medir 250 km de diámetro.

Para saber mejor el tamaño de Gabrielle, los investigadores necesitan saber la composición de la luna, que todavía no ha sido determinado. La mayoría de los objetos del Cinturón de Kuiper, la franja masiva de miniplanetas que se extiende más allá de Neptuno hasta los límites del Sistema Solar, están hechos la mitad de roca y la otra de agua helada. Ya que la superficie es mitad roca, mitad hielo, ésta refleja una cantidad pequeña predecible de luz de Sol, así se puede hacer una estimación general del tamaño del objeto. Los objetos muy helados, sin embargo, reflejan mucha más luz, y por ello aparecerán más brillantes y grandes que los cuerpos similares en tamaño hechos de roca.

Las observaciones que se hagan después con el Telescopio Espacial Hubble de la NASA, planeadas para noviembre y diciembre, permitirán a Brown y sus colegas determinar la órbita exacta de Gabrielle alrededor de Xena. Con esos datos, podrán calcular la masa de Xena.

«Una combinación de la distancia de la luna del planeta y la velocidad con que gira en torno al planeta te dicen muy precisamente la masa que tiene» explica Brown. «Si el planeta es muy masivo, la luna girará en torno al planeta muy rápidamente; si es menos masivo, la luna viajará más despacio. Es el único método que tenemos de calcular la masa de Xena, porque tiene una luna.»

Los investigadores descubrieron el satélite usando la óptica adaptativa del Keck II. Mediante este sistema, Brown y sus colegas observaron una pequeña luna en enero alrededor de 2003 EL61, llamada «Santa,» otro reciente objeto grande del Cinturón de Kuiper.

Previamente, los investigadores creían que los objetos del Cinturón de Kuiper conseguían sus lunas mediante la «captura gravitacional», en la cual, dos objetos separados llegan a pasar tan cerca el uno del otro que el más pequeño se queda atrapado por la gravedad del otro. Sin embargo, con Plutón la cosa era distinta, pues su luna, Caronte, se desprendió del planeta hace miles de millones de años, después de que Plutón fuera golpeado por otro objeto del Cinturón de Kuiper. Las lunas de Xena y Santa parece que encajan mejor con un origen similar al de Plutón.

«Plutón parecía un objeto raro en los límites del Sistema Solar,» dice Brown. «Pero ahora vemos que Xena, Plutón, y los otros son parte de una familia de grandes objetos con similares características, historias e incluso lunas, que nos enseñarán más sobre el Sistema Solar que cualquier objeto extraño solitario.»

Noticia traducida por Isaac Lozano para Latinquasar.
Fuente original: http://pr.caltech.edu/media/Press_Releases/PR12744.html