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El Telescopio Espacial Hubble fotografió un par de anillos nuevos alrededor de Urano, además de dos nuevas lunas orbitando el planeta. Además, se ha descubierto que el sistema de Urano se ha alterado en la última década, lo que revela un mundo dinámico en continuo cambio.

El anillo más grande mide dos veces el diámetro de los anillos previamente conocidos del planeta. Los anillos están tan lejos del planeta, que están siendo llamados el «segundo sistema de anillos de Urano». Uno de las nuevas lunas comparte órbita con uno de los anillos. Los análisis de los datos del Hubble desvelan también que las órbitas de los satélites interiores de Urano han cambiado sigificativamente en la última década.

La detección de estas nuevas lunas y anillos nos ayudará a entender mejor cómo se forman los sistemas planetarios.

Ya que el polvo que órbita Urano parece que se aleja del planeta en forma de espiral, los anillos del planeta deben ser rellenados continuamente por material fresco. «Los nuevos descubrimientos demuestran que Urano tiene un sistema de anillos y lunas dinámico y juvenil,» dijo Mark Showalter del Instituto SETI, en Mountainview, California.

Showalter y Jack Lissauer del Centro de Investigación Ames de la NASA, Moffet Field, California, proponen que el anillo más externo es rellenado por una nueva luna de 19 km, llamada Mab, la cual observaron por primera vez con el Hubble en 2003.

Los meteoroides impactan continuamente contra la superficie de Mab y expulsan su material al espacio. El polvo entonces se difunde por un anillo de Urano. El anillo de Mab recibe una nueva «dosis» en cada impacto. La naturaleza mantiene las provisiones al anillo mientras el polvo antiguo se aleja en espiral o vuelve a la luna.

Showalter y Lissauer han medido los numerosos cambios en las órbitas de las lunas interiores de Urano desde 1994. «Esto parece un proceso aleatorio caótico, donde hay un continuo intercambio de energía y momento angular entre las lunas» dijo Lissauer. Sus cálculos predicen que las lunas comenzarán a colisionar a una frecuencia de unos pocos millones de años, lo que es extraordinariamente corto comparado con los 4.500 millones de años del sistema de Urano.

Showalter y Lissauer creen que el descubrimiento del segundo anillo, que órbita más cerca que el exterior, nos da evidencias de que las colisiones afectan a la evolución del sistema. Este segundo anillo no tiene una luna visible que lo realimente con polvo. El anillo podría ser una señal reveladora de un cinturón aún no visto de cuerpos desde unos metros a unos kilómetros de tamaño. Showalter propone que el impacto a una de las lunas podría haber producido el anillo de polvo.

Ya que los nuevos anillos son casi transparentes, serán más visibles cuando el sistema se incline. Cuando ocurra en 2007, todos los anillos se mostrarán mejor hacia la Tierra y serán más fáciles de estudiar.

Traducido por Isaac Lozano para Latinquasar.
Fuente original: http://www.nasa.gov/home/hqnews/2005/dec/HQ_05590_HST_Uranus_update.html