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Un equipo de astrónomos, por medio de los telescopios Subaru y Keck, ha descubierto gigantescos filamentos de galaxias tridimensionales en un área de 200 millones de años luz. Esos filamentos, que seguramente se formaron a sólo 2.000 millones de años después del nacimiento del Universo, son las estructuras más grandes descubiertas hasta ahora. Los filamentos están formados por más de 30 grandes concentraciones de gas, cada una 10 veces tan masiva como nuestra galaxia. Estas grandes nubes son probablemente las progenitoras de las galaxias más masivas que existen en el Universo actual.

Este hallazgo es muy importante porque da a los científicos una nueva visión de las grandes estructuras del cosmos. Los astrónomos piensan que el Universo era relativamente tranquilo 2.000 millones de años tras el nacimiento del Universo. Resumiendo la importancia del descubrimiento, el astrónomo Ryosuke Yamauchi de la Universidad de Tohoku dijo, «La estructura que hemos descubierto y otras como ésta son probablemente las precursoras de las estructuras más grandes que vemos hoy y que contienen múltiples cúmulos de galaxias.»

El equipo de investigación usó el Telescopio Subaru para hacer un estudio detallado de una región del cielo a 12.000 millones de años luz de la Tierra conocida por albergar una gran concentración de galaxias. Para ello, usaron filtros especiales en la cámara del Subaru para resaltar la luz de las galaxias a tan enorme distancia. Los resultados mostraron que esta concentración de galaxias es sólo una pequeña porción de una estructura mucho más grande.

La gigantesca estructura recién descubierta se extiende unos 200 millones de años luz y tiene una concentración de galaxias de hasta 4 veces la densidad de la media del Universo. Las estructuras que antes se habían descubierto con tanta densidad como ésta son mucho más pequeñas, midiendo unos 50 millones de años luz.

Usando el Espectrógrafo y la Cámara de Objetos Débiles del Subaru (FOCAS) para estudiar la distribución tridimensional del filamento, el equipo también consiguió discernir al menos 3 filamentos solapados a esta estructura.

Los astrónomos sabían que esta región contenía al menos 2 grandes concentraciones de gas. Una de ellas tiene una extensión de 400.000 años luz. Comparándola con Andrómeda, esta galaxia tiene 200.000 años luz de diámetro, lo que nos hace una idea de la grandeza de estas estructuras.

Los investigadores hallaron que estas grandes concentraciones de gas se localizan cerca de las regiones solapadas de los filamentos.

Las observaciones del Subaru han dado grandes éxitos en encontrar objetos mucho más débiles que los descubiertos hasta ahora en esta región. Por ejemplo, se encontraron 33 nuevas grandes concentraciones de gas a lo largo de la estructura filamentada extendiéndose unos 100.000 años luz. Esta es la primera vez en la que se descubren tantas concentraciones de gas (conocidas como nódulos de alpha-Lyman) en el Universo distante.

Los astrónomos piensan que tales nódulos de alpha-Lyman, llamadas así porque se ven en la línea de emisión alpha-Lyman del hidrógeno, están relacionadas directamente con el nacimiento de las galaxias más grandes. En el modelo del «calentamiento gravitacional», los nódulos son regiones donde el gas se está colapsando bajo su propia gravedad para formar una galaxia. El modelo de fotoionización atribuye la emisión del gas de ionización por luz ultravioleta a estrellas recién nacidas o a agujeros negros masivos. La «onda de calor» o el modelo del «superviento galáctico» suponen que el resplandor del gas está causado por la muerte de muchas estrellas masivas nacidas en los comienzos del Universo, bajo vidas muy cortas, y muriendo en explosiones de supernovas que apagan el gas circundante. Los miembros del equipo Yoshiaki Taniguchi y Yasuhiro Shioya avocan por el modelo del superviento galáctico.

Las observaciones con el espectrógrafo DEIMOS del telescopio Keck II revelan que el gas del interior de los nódulos se mueven a velocidades mayores de 500 km/s. La extensión de las concentraciones de gas y la velocidad del material en el interior sugieren que estas regiones deben ser hasta 10 veces tan masivas como la Vía Láctea.

Los nódulos muestran una gran variedad en forma y brillo. Por ejemplo, algunos muestran formas de burbujas que coinciden con los modelos computacionales de los vientos galácticos.

Los resultados se publicaron en el «Astronomical Journal and the Astrophysical Journal».

Traducido por Isaac Lozano para Latinquasar de:
http://subarutelescope.org/Pressrelease/2006/07/26/index.html