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La cara más cercana de La Luna siempre mira a la Tierra debido a que aquella gira sobre su eje en exactamente el mismo tiempo que tarda en girar alrededor de la Tierra, pero estas circunstancias podrían haber sido diferentes hace varios miles de millones de años. Un análisis computacional de la cantidad de cráteres presentes en cada hemisferio de La Luna refleja que, el lado opuesto podría haber estado mirando hacia la Tierra. Un impacto de un gran asteroide podría haber alterado la forma que la enfrenta a ésta.

Una consecuencia de que La Luna esté bloqueada en una órbita resonante de rotación síncrona, es que la mayoría de los impactos han tenido lugar en el hemisferio occidental respecto al oriental, ya que esa cara se enfrenta a la órbita siendo por tanto más probable que ésta se vea más afectada por los impactos de los escombros espaciales.

Pero Mark Wieczorek y Mattieu Le Feuvre del Instituto de Física de la Tierra de Francia ha comparado las edades relativas de los cráteres, utilizando la información sobre la secuencia en la que la materia eyectada se depositó en su superficie y han encontrado que es cierto todo lo contrario.
Aunque el impacto más joven de las cuencas se encuentra concentrado en el hemisferio occidental, tal y como se esperaba, los cráteres más viejos se encuentran concentrados mayoritariamente en la región oriental. Esto nos induce a pensar que la cara oriental ha sido más bombardeada que la occidental.

Esto habría tenido lugar si hubiera impactado un gran asteroide sobre una de sus caras. Los investigadores creen que después del impacto, La Luna podría haber girado lentamente hasta el punto tal y como se ve actualmente desde la Tierra.

Observando varias de las mayores cuencas de impactos lunares se tiene la impresión de que estos podrían haber desbloqueado temporalmente la Luna de su rotación síncrona.

Los investigadores afirman que “Observamos que existe menos de un 2% de probabilidad de que la cuenca de impacto más vieja esté aleatoriamente distribuida a través de la superficie lunar“.” Además, estas cuencas se encuentran localizadas preferentemente cerca del antiápex lunar (la dirección opuesta al apex solar ), y su configuración tiene menos del O,3 % de que haya sucedido por casualidad”.

El equipo ha estudiado la edad relativa y la distribución de 46 cráteres conocidos. Wieczoreck ha expresado la opinión de que los vehículos espaciales Chandrayaan-1 o el Kaguya podrían proporcionar información acerca de más cráteres que ayudarían a ulteriores estudios de esta naturaleza.

Fuente: New Scientist y Universe Today

Imagen: http://www.universetoday.com/…/farside_apollo16