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Se ha realizado un importante descubrimiento respecto al inventario de posibles moléculas disponibles en la Tierra primigenia. Científicos dirigidos por Sandra Pizzarello, profesora investigadora en la Universidad del Estado de Arizona, han encontrado grandes cantidades de amoníaco en un asteroide antártico primitivo. Esta alta concentración de amoníaco podría ser responsable de una fuente constante de nitrógeno reducido esencial para la química de la vida.


CR2

Esto es un trocito del meteorito asteroidal CR2 del nunatak(*) GRA 95229. Un estudiopublicado esta semana en las actas de la National Academy of Sciences muestran que la investigadora Sandra Pizzarello de la Universidad del Estado de Arizona ha descubierto una alta concentración de amoníaco en este meteorito que podría constituir una fuente constante de Nitrógeno reducido, esencial para la química de la vida.

Este trabajo se ha publicado esta semana en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS).

El hallazgo de una alta concentración de moléculas portadoras de Nitrógeno en el ambiente de un asteroide descubierto en este nuevo estudio, resulta muy revelador. Además de los gases nobles, el Nitrógeno es el cuarto elemento más abundante en el Sol y en el Universo en su conjunto. En la Tierra, constituye un elemento indispensable de la biosfera, resulta esencial para el ADN (ácido desoxirribonucleico), ARN (acido ribonucleico) y proteínas, es decir, es necesario para la transferencia de información de la vida y los procesos de catálisis.

“Todos los orígenes de las teorías de la vida necesitan dar cuenta de una fuente constante de Nitrógeno reducido para fabricar los aminoácidos y las bases nitrogenadas”, ha manifestado Pizzarello, que trabaja en el Departamento de Química y Bioquímica en el Colegio de Artes Liberales y Ciencias de la Universidad del Estado de Arizona.

Por otra parte, en la Tierra primigenia, el inventario prebiótico de Nitrógeno reducido necesario para la formación de biomoléculas conteniendo Nitrógeno, ha sido difícil de predecir. La hipótesis de una atmósfera reductora había permitido inicialmente concebir una abundancia considerable de amoníaco, así como los caminos evolutivos para la producción de aminoácidos (por ejemplo, en los procesos tipo Urey-Miller). Sin embargo, la evidencia geoquímica actual de una atmósfera neutra en la Tierra primigenia, junto con la conocida destrucción fotoquímica de amoníaco ha dejado los escenarios prebióticos en pugna para constituir una provisión constante de amoníaco.

En consecuencia, una abundante provisión exógena de amoníaco podría haber sido sustancial en ayudar a la Tierra primigenia en su evolución molecular, como podríamos esperar que participara en numerosas reacciones tanto abióticas como prebióticas.

También es interesante tener presente que, el nuevo trabajo de PNAS fue posible gracias al hallazgo en la Antártida de este excepcional asteroide meteoritico conteniendo amoníaco. Los hielos antárticos son buenos “conservadores” de meteoritos. Después de caer un meteorito, ( y han estado cayendo durante toda la historia de la Tierra), son cubiertos rápidamente por la nieve y enterrados en el hielo. Debido a que estos hielos están en constante movimiento, cuando llegan a una montaña, discurren por su loma y afloran a la superficie.

Fuente: Science Daily y Arizona State University

(*) Un nunatak es un pico montañoso que emerge de un territorio cubierto por un glaciar sin estar cubierto de hielo él mismo; el término ha sido usado en idiomas europeos occidentales desde de la década de los 1880s. La erosión provocada por los ciclos de deshielo hace que los nunataks normalmente posean una configuración quebrada y dura, en fuerte contraste con la progresivamente erosionada por la acción del glaciar. La situación aislada del nunatak provoca en ocasiones el desarrollo de fauna y flora en condiciones muy similares a las insulares. Suelen utilizarse como puntos de referencia en medio de una gran extensión de hielo. Con frecuencia se suelen asentar temporalmente las expediciones o se construyen bases permanentes, por ejemplo, la Base antártica argentina Belgrano II se ubica sobre el Nunatak Bertrab.