Vista desde la Tierra, la nebulosa de Andrómeda parece una galaxia brillante y tranquila, visible a simple vista en el cielo nocturno, pero los astrónomos han descubierto cosas acerca de la M31 que evidencian que no es tan pacífica como parece. La nebulosa de Andrómeda está devorando a sus vecinos.
Una representación artística nos muestra la nebulosa espiral de Andrómeda en el centro a la derecha, con vistas sucesivas de la galaxia del Triángulo, en sentido de las agujas del reloj alejándose de ella hacia la Tierra, durante un periodo de unos tres mil millones de años, donde finalmente la galaxia del Triángulo es devorada por la galaxia de Andrómeda, según el astrónomo John Dibinsky.
La galaxia de Andrómeda contiene un billón de estrellas, se encuentra tan solo a 2,5 millones de años luz de distancia, por lo que es cuerpo importante para observar y estudiar, pero recientemente, los astrónomos han detectado pequeñas corrientes de estrellas en la periferia de Andrómeda y se han dado cuenta de que se trata de los restos de un frenético canibalismo devorador de las pequeñas galaxias que ha absorbido.
El Dr Mike Irwin de la Universidad de Cambridge ha manifestado que esta es una demostración visual alarmante de la escala verdaderamente extensa de las galaxias. La observación ha presentado un panorama inigualable de la estructura de la galaxia, que evidencia que éstas son el resultado de un proceso continuo de acreción e interacción con sus vecinas.
El canibalismo continúa, y otra victima se encuentra en espera: la M33 en la constelación del Triángulo está destinada a ser su próxima comida.
El Dr. Scout, también de la Universidad de Cambridge, agrega, a la larga, estas dos galaxias terminarán por fusionarse completamente. Irónicamente, tanto la formación de galaxias como su destrucción parecen ir mano a mano.
Los astrónomos de Cambridge, formaron parte de un equipo internacional, que realizó una exploración alrededor de un millón de años luz de distancia de la galaxia de Andrómeda, mediante una potente cámara digital del gigantesco telescopio canadiense-francés-hawaiano de Mauna Kea en Hawai.
Descubrieron que muchas de estas estrellas no podrían haberse formado por sí mismas dentro de la galaxia de Andrómeda, debido a que la densidad del gas del núcleo de la galaxia resultaría demasiado baja para permitir que la formación tuviera lugar. Por lo tanto, el equipo sugiere que están casi seguros de que los restos de otras galaxias más pequeñas han tenido que ser absorbidos por Andrómeda, y que ésta se encuentra todavía en un estado de expansión.
El informe del equipo mantiene la idea de que las estructuras identificadas a mayor escala alrededor de la galaxia sean probablemente los restos no digeridos de las galaxias enanas del disco de acreción. Según parece, pertenecieron originalmente a las galaxias enanas o a otros fragmentos protogalácticos.
Artículo de la revista Nature.
Fuente: PhysOrg y Universe Today