Los astrónomos han polemizado acerca de, si la luz solar podía influir sobre la velocidad de rotación de los asteroides, y solo recientemente han obtenido la evidencia que lo demuestra.
El efecto Yarkovsky-O’ Keefe-Radzievskii-Paddack (YORP), sugería que cuando la luz solar incidía sobre la superficie de un asteroide, lo calentaba levemente. Puesto que el calor producido se irradiaba de nuevo hacia el exterior, se producía un efecto de retroceso que provocaba el giro del asteroide. El efecto es insignificante, pero añadido a lo largo de millones de años, daba lugar a que el asteroide realmente se pusiese a girar.
Actualmente los astrónomos han encontrado este efecto que se manifiesta en el cercano asteroide 2000 PH5. Estuvieron observándolo con una gran variedad de instrumentos durante el transcurso de cuatro años, y durante este periodo pudieron evaluar un incremento en su velocidad de rotación. Aunque precisa de 12 minutos para realizar una vuelta completa, este periodo está disminuyendo a razón de 1 milisegundo por año.
Han calculado que, durante los próximos 35 millones de años el periodo de rotación disminuirá en 20 segundos y puede ser que dejara de rotar tan rápidamente que se recompusiera de nuevo o se fracturase.
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Fuente original: Lanzamiento de las noticias de ESO