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Los científicos que estudian el origen de la vida, han logrado reproducir en el laboratorio, el uracilo, un componente de vital importancia presente en nuestro material hereditario. Descubrieron que, una muestra de hielo conteniendo pirimidina expuesta a la radiación ultravioleta en condiciones similares a la del espacio exterior, generaba este ingrediente esencial para la vida.

La pirimidina es una molécula en forma de anillo compuesta por carbono y nitrógeno que constituye la estructura básica del uracilo, el cual forma parte del código genético presente en el ácido ribonucleico (ARN, RNA en inglés). El ARN resulta fundamental para la síntesis de proteínas, pero también tiene otras muchas funciones.

Michel Nuevo, científico investigador del Ames Research Center, en Moffett Field, California, ha manifestado, “hemos demostrado por vez primera que podemos producir uracilo en el laboratorio, un componente del ARN de forma no biológica bajo las condiciones que podemos encontrar en el espacio. Estamos evidenciando que estos procesos de laboratorio que simulan procesos del espacio exterior, pueden generar las unidades básicas para la vida utilizados por los organismos vivos de la Tierra”.

Nuevo, es el autor principal del artículo de investigación publicado en la revista Astrobiology.

Los científicos del Ames Research Center de la NASA, han estado simulando durante años el ambiente presente en el espacio interestelar y en el exterior del Sistema Solar. Durante este tiempo, han estado estudiando una clase de compuestos ricos en Carbono, denominados Hidrocarburos aromáticos policíclicos (PAHs), los cuales han sido identificado en los meteoritos y son los compuestos comunes más ricos en Carbono observados en el Universo. Los PAHs son típicamente un grupo de hidrocarburos que consisten en moléculas que contienen dos o más anillos aromáticos de 6 carbonos fusionados entre si.

La pirimidina también se encuentra en los meteoritos, aunque los científicos aún no conocen su origen. Puede que sea similar a la de los compuestos PAHs ricos en Carbono que se producen en los estallidos finales de las estrellas gigantes rojas moribundas y que también se forma en las densas nubes de gas y polvo interestelares.

“Las moléculas de pirimidina posee átomos de nitrógeno en su estructura anular lo que la hace un poco reactiva. Al ser una molécula menos estable es más susceptible a ser destruida por la radiación, en comparación con aquellas otras que carecen de Nitrógeno”, afirma Scott Sandford, investigador de Ciencias Espaciales del Ames Research Center que agregó, “Queríamos ensayar si la pirimidina puede sobrevivir en el espacio y si puede experimentar reacciones que la conviertan en especies orgánicas más complejas como la base nucleica uracilo”

En teoría, los investigadores pensaron que si la molécula de pirimidina podía sobrevivir el tiempo suficiente para migrar a las nubes de polvo interestelar podría ser capaz de protegerse de su destrucción por la acción de la radiación. Una vez en las nubes, la mayoría de las moléculas se congelan sobre los granos de polvo (al igual que la humedad del aliento se condensa en una ventana fría durante el invierno).

Estas nubes son lo suficientemente densas para apantallar gran parte de la radiación exterior procedente del espacio, lo que permite alguna protección a las moléculas en el interior de las nubes.

Los científicos han ensayado sus hipótesis en el Laboratorio Ames de Astrofísica. Durante sus experimentos, expusieron las muestras de hielo conteniendo pirimidina a la radiación ultravioleta con condiciones similares a las existentes en el espacio incluyendo un alto vacío, temperaturas extremadamente bajas (aproximadamente -207 ºC) y una fuerte radiación.

Bajo estas condiciones encontraron que, cuando la pirimidina se encuentra congelada en el hielo de agua resulta menos vulnerable a su destrucción por la radiación. En vez de ser destruida, muchas de sus moléculas adoptan nuevas configuraciones como la del uracilo, constituyente del ARN que es parte integrante de la genética de todos los organismos vivos de nuestro planeta.

Stefanie Milam, un investigador del centro Ames de la NASA y coautor del informe de investigación ha manifestado, “Estamos tratando de encauzar los mecanismos que dan lugar a la formación en el espacio de éstas moléculas. Teniendo en consideración lo que hemos conseguido en el laboratorio, la química que se desarrolla en el hielo sometido a la radiación ultravioleta puede representar un paso importante respecto a lo que sucede en el espacio y lo que acaecía durante el desarrollo de la Tierra primigenia”.

“Realmente, nadie entiende aún como comenzó la vida en la Tierra. Nuestro experimento demuestra que una vez que ésta se formó, muchas de sus unidades básicas estuvieron presentes desde el principio. Ya que estamos simulando condiciones astrofísicas universales, resulta probable que sean las mismas donde se formen planetas, añadió Standford.

Otros miembros del equipo que contribuyeron a realizar la investigación y son coautores del informe son: Jason Dworkin y Jamie Elsila, dos científicos del Goddard Space Flight Center de la NASA en Greenbelt, Maryland.

El trabajo de investigación fue financiado por el Instituto de Astrobiología de la NASA (NAI) dentro de su programa de Orígenes del Sistema Solar. NAI es una organización que reparte fondos de investigación y capacitación para equipos seleccionados de investigación astrobiológica en colaboración con comunidades científicas nacionales e internacionales. Para obtener más información acerca del Laboratorio de Astroquímica Ames de la NASA, visite: AstroChemistry

Fuente: Sciencedaily.com