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Un equipo de investigadores del Centro de Astrobiología (INTA-CSIC)* ha demostrado que el cianuro de hidrógeno, la urea y otras sustancias consideradas esenciales para la formación de la mayoría de las moléculas biológicas básicas, pueden ser obtenidas a partir de la sal azul de Prusia. Con el fin de llevar a cabo este estudio que ha sido publicado en la revista Chemistry & Biodiversity, los científicos han recreado las condiciones químicas de la Tierra primigenia.


Sal azul de Prusia

Esto es azul de Prusia. Esta sal podría generar sustancias esenciales para la vida.

Marta Ruiz Bermejo, autora principal del mismo e investigadora del Centro de Astrobiología (INTA-CSIC), ha manifestado: “hemos demostrado que cuando el azul de Prusia se disuelve en soluciones amoniacales produce cianuro de hidrógeno (HCN), una sustancia que podría desempeñar un papel fundamental en la creación de las primeras moléculas bio-orgánicas, así como de otros precursores de la vida, tales como la urea [diamida del ácido carbónico CO(NH2)2 ], la dimetilhidantoina y el ácido láctico H3C-CH(OH)-COOH ”.

Se considera que la urea constituye un reactivo importante en la síntesis de las pirimidinas (cuyos derivados forman parte de los ácidos nucleicos ADN y ARN) y se ha sugerido que las hidantoínas podrían ser los precursores de péptidos y aminoácidos (los constituyentes de las proteínas), al igual que el ácido láctico (también de interés biológico), ya que junto con el ácido málico, podría jugar un papel importante en los sistemas de donor-aceptor de electrones.

La investigadora y su equipo, han demostrado que estos y otros compuestos se originan a partir del cianuro liberado por la sal azul de Prusia (nombre que hace referencia al tinte utilizado en los uniformes del ejercito Prusiano), cuando es sometido durante varios días a pH 12 y temperaturas relativamente altas (50-150 ºC) en un medio húmedo amoniacal exento de oxígeno, condiciones similares a las de la Tierra primigenia. Los resultados de este estudio han sido publicados recientemente en la revista Chemistry & Biodiversity.

Marta Ruiz Bermejo ha aclarado que: “además, cuando se descompone el azul de Prusia en este medio amoniacal exento de oxígeno, esta sal compleja cuyo nombre científico es hexacianoferrato II de hierro III (también se le conoce como ferrocianuro férrico), también resulta ser un excelente precursor de la hematita, el más estable y la forma más habitual del óxido de hierro III presente en la superficie terrestre”.

La hematita esta relacionada con las denominadas Formaciones de Bandas de Hierro (BIF), cuyo origen biológico o geológico continúa siendo aún fuente de intenso debate entre los científicos. La más antigua de estas formaciones, con más de dos millones de años de antigüedad ha sido encontrada en Australia.

Los investigadores han confirmado en otros estudios que, el azul de Prusia se puede obtener en condiciones prebióticas (a partir de iones hierro en atmósfera de metano y con descargas eléctricas). La síntesis de esta sal y su posterior transformación en hematita, ofrece un modelo alternativo para explicar la formación de Bandas de Hierro en condiciones abióticas y ausencia de oxígeno.

Ruiz Bermejo concluye que el azul de Prusia, “podría actuar como concentrador de carbono en la hidrosfera prebiótica y que esta descomposición en condiciones húmedas y ausencia de oxígeno podría liberar cianuro de hidrógeno y cianógeno (CN)2 con la formación subsiguiente de moléculas orgánicas y óxidos de hierro.

Fuente: Science Daily, FECYT – Fundación Española para la Ciencia Y la Tecnología

* INTA-CSIC son las iniciales del Instituto Nacional de Técnica Aerospacial y Consejo Superior de Investigaciones Científicas de España