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Durante décadas, los astrónomos han tenido que figurarse cómo era nuestra galaxia la Vía Láctea, ya que estamos en mitad de ella y no podemos salir para poder observarla a «vista de pájaro».

Ahora, nuevas imágenes del Telescopio Espacial Spitzer de la NASA están arrojando luz sobre la verdadera estructura de la Vía Láctea, revelando que tiene dos brazos mayores de estrellas en lugar de los 4 que antes se pensaba que poseía.

Concepción artística de la Vía Láctea

En esta otra imagen podemos ver la galaxia con los nombres de los brazos espirales.

«El Spitzer nos ha proporcionado un punto de partida para replantear la estructura de la Vía Láctea,» dijo Robert Benjamin de la Universidad de Wisconsin, EE.UU., que presentó los nuevos resultados en una conferencia de prensa en un encuentro de la Sociedad Astronómica Americana en St. Louis, EE.UU. «Continuaremos revisando nuestra concepción de la misma manera que los primeros exploradores navegantes tuvieron que mantener revisando sus mapas.»

La concepción artística de la estructura de la Vía Láctea está disponible en http://www.nasa.gov/mission_pages/spitzer/multimedia/20080603a.html.

Desde los años 50, los astrónomos han estado haciendo mapas de la Vía Láctea. Los primeros modelos estuvieron basados en observaciones de radio del gas en la galaxia, y sugerían una estructura espiral con 4 brazos mayores de formación estelar, denominados Norma, Escudo-Centauro, Sagitario y Perseo. Además de los brazos, hay bandas de gas y polvo en la parte central de la galaxia. Nuestro Sol yace cerca del pequeño brazo parcial llamado Brazo de Orión, localizado entre los brazos de Sagitario y Perseo.

«Durante años, la gente creó los mapas de la galaxia entera basados en el estudio de solo una porción de él, o usando solo un método», dijo Benjamin. «Desgraciadamente, cuando comparamos los modelos de varios grupos, no siempre concuerdan. Es un poco como estudiar un elefante con los ojos vendados.»

Los grandes sondeos del cielo en infrarrojo de los años 90 llevaron a unas revisiones masivas en esos modelos, incluyendo el descubrimiento de una gran barra de estrellas en mitad de la Vía Láctea. La luz infrarroja puede penetrar a través del polvo, así que los telescopios diseñados para recoger luz infrarroja obtienen mejores vistas de nuestro centro galáctico polvoriento y atestado. En 2005, Benjamin y sus colegas usaron los detectores de luz infrarroja del Spitzer para obtener información detallada sobre la barra de nuestra galaxia, y hallaron que se extendía mucho más del centro de lo que antes habían pensado.

El equipo de científicos tiene ahora nuevas imágenes del Spitzer de la franja extensa de la Vía Láctea, que se extiende 130º a lo largo del cielo y 1º por encima y por debajo del plano de la galaxia. Este extenso mosaico combina 800.000 fotografías e incluye unas 110 millones de estrellas.

Benjamin desarrolló software que cuenta las estrellas, midiendo las densidades estelares. Cuando él y sus compañeros de equipo contaron las estrellas en la dirección del brazo Escudo-Centauro, se dieron cuenta de un incremento en el número, como se podría esperar de un brazo espiral. Pero, cuando miraron en la dirección donde esperaban ver los brazos de Sagitario y Norma, no había un salto en el número de estrellas. El cuarto brazo, Perseo, se estrecha entre la porción exterior de la galaxia y no puede ser vista en las nuevas imágenes del Spitzer.

Los hallazgos pusieron en evidencia que la Vía Láctea tenía dos brazos espirales mayores, una estructura común para las galaxias barradas. Esos brazos mayores, los brazos del Escudo-Centauro y Perseo, tienen las densidades más grandes de tanto estrellas jóvenes y brillantes, como de viejas y gigantes rojas. Los dos brazos menores, Sagitario y Norma, están rellenos de gas y estrellas jóvenes. Benjamin dijo que los dos brazos mayores parecen conectarse armónicamente con el principio y final de la barra central de la galaxia.

«Ahora, podemos encajar los brazos juntos con la barra, como piezas de un rompecabezas,» dijo Benjamin, «y podemos hacer un mapa de la estructura, posición y ancho de sus brazos por primera vez.» Previas observaciones infrarrojas hallaron pistas de los dos brazos espirales de la Vía Láctea, pero esos resultados eran incompletos porque se desconocía la posición y ancho de los brazos.

Aunque los brazos de la galaxia aparecen como características intactas, las estrellas están de hecho constantemente moviéndose hacia dentro y fuera de ellos conforme orbitan el centro de la Vía Láctea. Nuestro propio Sol podría haber habitado alguna otra vez en un brazo distinto. Ya que se formó hace 4.000 millones de años, ha viajado en torno a la galaxia 16 veces.

Fuente: Noticias de la NASA