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Stanley Miller se hizo famoso en 1953 con su experimento que mostraba la síntesis de compuestos orgánicos que creía importantes para el origen y desarrollo de la vida. Cinco años más tarde obtuvo muestras en un experimento similar y posteriormente, según sus amigos y colegas, nunca más en su vida retomó ese trabajo. 50 años más tarde, Jeffrey Bada exalumno de Miller y profesor de química marina de la Institución de Oceanografía de la Universidad de California, descubrió las muestras de Miller entre el material de laboratorio y realizó un descubrimiento que representó un avance potencial en la búsqueda de los procesos que generaron las primeras formas de vida en la Tierra.
El ex estudiante universitario Eric Parker, Bada y sus colegas realizaron un informe sobre el reanálisis de tales muestras en el ejemplar de 21 de Marzo de Proceedings of the National Academy of Sciences. En el experimento de Miller de 1958, en el que el sulfuro de hidrógeno gaseoso se añadía a una mezcla de gases que se creía existía en la Tierra primigenia, dio lugar a la síntesis de aminoácidos azufrados así como otros aminoácidos. El análisis en el laboratorio de Bada empleando técnicas analíticas no disponibles por Miller, sugieren que existieron una gran diversidad de compuestos orgánicos en el Tierra primigenia en cantidad que no había sido verificada con anterioridad.
Bada sostiene una muestra del experimento de 1958.
Para nuestra sorpresa, el rendimiento en aminoácidos fue mucho más rico que cualquier experimento de Miller que jamás se haya realizado, manifestó Bada.
Los nuevos hallazgos dan soporte a que los volcanes,
Bada también encontró que, los aminoácidos producidos en el experimento de Miller con sulfuro de hidrógeno, eran similares a los hallados en los meteoritos. Esto apoya la hipótesis ampliamente mantenida de que, procesos tales como los realizados en experimentos de laboratorio ofrecen un modelo de cómo la materia orgánica necesaria para el origen de la vida está ampliamente extendida por el universo, y de este modo pueda proporcionar las semillas extraterrestres para la vida en cualquier lugar.
La síntesis con éxito de aminoácidos ricos en azufre, podrían haberse realizado en los laboratorios por distintos investigadores, incluyendo el propio Miller, pero no se llevó a cabo hasta los años 1970.
Sin que el lo supiera ya se realizó en 1958, añadió Bada.
En el experimento inicial de Miller en los años 1950 con su colega Harold Urey, emplearon una mezcla de gases como metano, amoniaco, vapor de agua e hidrógeno y descargas eléctricas. El experimento se realizó en un recipiente cerrado para simular las condiciones de la Tierra primigenia, se generaron varios aminoácidos simples y otros compuestos orgánicos en lo que se conoce como sopa primitiva.
Con los gases y la energía producida por las descargas eléctricas, muchos geólogos creen que, los volcanes en un planeta joven cubiertos por una amplia extensión de agua mayor que la actual, sirvieron de oasis de materias primas que permitieron que material prebiótico se acumulase en cantidades suficientes para integrarse en un material más complejo que desembocara en la vida misma.
Bada ya había comenzado a reanalizar las muestras guardadas por Miller y sacar conclusiones acerca del papel desempeñado por los volcanes en las primeras chispas de vida, cuando se encontró con las muestras desconocidas. Los análisis realizados en 2008 sobre las muestras del famoso experimento de Miller, el equipo de Bada fue capaz de detectar muchos más aminoácidos que su predecesor gracias a que a que disponía de técnicas analíticas más modernas.
Miller que llegó a ser profesor de química de la UCSD (University de California en San Diego.) en los años 1960, dirigió los experimentos cuando era docente en la Universidad de Columbia. Había recogido y catalogado las muestras obtenidas con las mezclas de sulfuro de hidrógeno, pero nunca llegó a analizarlas. Solo casualmente mencionó su existencia al final de su vida y la importancia de las mismas fue reconocida poco antes de su muerte en 2007, manifestó Bada. Resultó sin embargo que su mezcla de 1958 se parecía más a lo que los geólogos consideran actualmente las condiciones de la Tierra primigenia que los gases en su experimento anterior más famoso.
Bada añadió, esto, realmente no solo mejora nuestro estudio de 2008, sino que va más allá y muestra la diversidad de compuestos que se pueden producir en una determinada mezcla de gases.
El laboratorio de Bada se está preparando para repetir a finales de este año los experimentos clásicos de Miller. Con un instrumental moderno que incluye un equipo miniaturizado de microondas, los experimentos que precisaron varias semanas por expertos investigadores, ahora se podrían completar en un solo día, agregó Bada.
Fuente: Science Daily, Universidad de California en San Diego