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Los científicos afirman que la región ártica estudiada por la nave espacial Phoenix podría constituir un entorno favorable para la vida microbiana. Representa una química hecha a la medida con periodos donde las delgadas capas de agua líquida que se forman en su superficie podrían generar un escenario de habitabilidad. “No solo encontramos agua helada tal y como esperábamos, sino que la química del suelo y los minerales que observamos nos inducen a considerar que este lugar tuvo un clima más húmedo y cálido en su pasado reciente, – los últimos millones de años – y que podría reaparecer en el futuro”, ha manifestado Peter Smith, investigador principal para la Phoenix de la Universidad de Arizona en Tucson.


Phoenix
Este mosaico de imágenes tomadas por la Phoenix, nos muestra el punto donde asientan las tres patas de la nave espacial. Las manchas que aparecen en el suelo marciano a la izquierda donde se asienta una de sus patas podrían ser de agua salada líquida.

El equipo científico de la Phoenix acaba de dar a conocer cuatro documentos tras emplear varios meses en la interpretación de la información enviada por la nave espacial durante el quinto mes de su misión.

El hallazgo más sorprendente fue encontrar percloratos en el suelo marciano, lo que marca un creciente interés acerca de la química del planeta, ha manifestado Michael Hecht del Jet Propulsión Laboratory que ha dirigido el trabajo acerca de los hallazgos por la Phoenix de sustancias químicas solubles.

“El estudio de Marte viene a ser una transición entre una etapa acuosa y otra química” afirmó Hecht, “Con el perclorato, por ejemplo, percibimos una conexión entre humedad atmosférica, humedad del suelo y una posible fuente de energía para los microbios, e incluso un posible recurso para los seres humanos”.

Los percloratos que absorben fuertemente el agua, representan varias décimas por ciento en la composición de las tres muestras de suelo analizadas por el laboratorio químico de la Phoenix. Podrían absorber la humedad del aire marciano. A concentraciones más altas se podrían combinar con el agua y formar una salmuera que permaneciera en estado líquido a las temperaturas de la superficie marciana. Algunos microbios en nuestro planeta utilizan los percloratos como alimento. A los exploradores humanos les podrían ser útiles como propelentes de cohetes o como generadores de oxígeno.


Phoenix
Una imagen cercana muestra salpicaduras de materia en el extremo de la pata de la Phoenix

Un documento acerca de los estudios sobre el agua de la Phoenix, dirigidos por Smith, aporta pistas que avalan la interpretación de que el suelo ha tenido capas de agua líquido en su pasado reciente. Finalmente, estos autores concluyen que, la evidencia de agua y la existencia de nutrientes potenciales “implica que esta región podría haber reunido anteriormente criterios de habitabilidad” durante parte de los ciclos alternantes del clima.

La Phoenix realizó excavaciones con su cuchara y encontró hielo justo por debajo de la superficie de Marte. “Deseábamos conocer el origen de este hielo”, afirmó Smith. “Podrían ser los restos de una gran capa polar que se redujo, un océano congelado o una nevada. La teoría más comúnmente aceptada es que el vapor de agua de la atmósfera se difundió lentamente a través de la superficie y posteriormente se congeló en un nivel donde la temperatura alcanzó el punto de congelación. Sospechábamos que esa era probablemente la fuente del hielo, pero algunas cosas que encontramos resultaron sorprendentes”.

La evidencia de que el hielo presente en esta región se derritió algunas veces y humedeció el suelo, es la consecuencia del hallazgo de carbonato cálcico en el suelo cuando fue calentado por el horno analítico de la Phoenix o fue mezclado con ácido en el laboratorio de análisis químico por vía húmeda de la misma. Otro informe realizado por un equipo dirigido por William Boynton de la Universidad de Arizona afirma que el carbonato cálcico encontrado resulta más coherente con la formación en el pasado de interacciones del dióxido de carbono de la atmósfera con capas delgadas de agua presentes en la superficie de las partículas”.


Phoenix
Mosaico de imágenes realizadas por la Surface Stereo Imager Camera de la Phoenix, mostrando varias zanjas excavadas por la sonda espacial, además de una esquina de la misma y la planicie ártica marciana que se extiende por el horizonte

Los nuevos informes dejan sin resolver si las muestras del suelo recogidas por la cuchara de la Phoenix contenían carbón de naturaleza orgánica. Los percloratos podrían haber generado compuestos orgánicos sencillos durante el calentamiento de las muestras de suelo en el horno, evitando su clara detección.

El calentamiento en el horno no mostró signos de la eliminación de ningún vapor de agua a temperaturas inferiores a 295 ºC, indicando que el suelo no contenía agua adherida a sus partículas. Los ciclos climáticos resultantes de la inclinación y de la órbita de Marte a escala de cientos de miles de años o más, podrían explicar por qué continúa presente el suelo húmedo.

La Phoenix fue lanzada en agosto de 2007 y aterrizó en Marte en mayo de 2008. Se cortaron las comunicaciones en noviembre de 2008 con la llegada del invierno marciano y tras agotarse la energía de sus paneles solares.

Fuentes:
JPL,
EurekAlert,
Spaceflightnow.com y
Universetoday.com