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“Es una excelente oportunidad”, esta fue la frase que empleó Nick, para referirse a cómo los astrónomos podrían ser capaces de detectar vegetación en planetas extrasolares, pues ya tenemos ese descubrimiento: un observatorio terrestre ha podido medir por vez primera, la atmósfera de un planeta extrasolar.

El Santo Grial de detectar la atmósfera de un mundo del tamaño similar a la Tierr, esta cada vez más cerca.

En un artículo próximo a publicarse en la revista Astrophysical Journal Letters, el astrónomo Seth Redfield y sus colaboradores informan acerca de su descubrimiento.

El planeta que están estudiando, orbita la estrella HD 189733, situada a 63 años luz de distancia, en la constelación de Vulpecula. Inicialmente fue descubierto en el 2004. Lamentablemente, este planeta no se parece en nada a la Tierra; es un 20 % más masivo que Júpiter y orbita a su estrella a una distancia 10 veces más cerca que Mercurio. No hace falta decir que se trata de un mundo infernal.

Desde nuestra perspectiva aquí en la Tierra, HD 189733b pasa por delante de su estrella en cada orbita. Y puesto que el planeta “transita” su estrella, oscurece su ligeramente su luz Además, la luz de la estrella al pasar a través de su atmósfera, puede ser medida claramente de la procedente de la propia estrella. El planeta reduce en un 2,5 % su luz y su atmósfera lo hace en un 0,3 % adicional.

Y esta es la técnica que Redfield y su equipo ha seguido para medir su atmósfera. Toman el espectro de la estrella cuando el planeta se encuentra delante de ella y otro cuando no lo está. Mediante la sustracción de ambos, se logra el espectro de transmisión de la atmósfera del planeta. Cada vez que el planeta pasa por delante de la estrella, aquél atenúa ligeramente su luz. Si el planeta no tuviera atmósfera, se atenuaría la misma cantidad de luz a todas las longitudes de onda, en caso contrario, los gases de su atmósfera la absorberían algo.

La atmósfera de un planeta extrasolar solamente se ha medido una sola vez, mediante el Hubble’s Space Telescope Imaging Spectrograph (STIS). Desafortunadamente, este equipo se averió poco después de haber realizado la detección. Sin la ayuda del Hubble, Redfield y su equipo necesitaban alcanzar otra solución, por lo optaron por el Hobby-Eberly Telescope.

Finalmente, realizaron cientos de observaciones repartidas durante todo un año y en distintas condiciones. Así fueron capaces de eliminar las interferencias debidas a la contaminación de la atmósfera terrestre y obtener un análisis aceptable de la atmósfera del planeta.

Esto es genial, pero tan solo es el comienzo. El verdadero premio vendrá cuando los astrónomos sean capaces de detectar planetas del tamaño similar al nuestro, orbitando otras estrellas y puedan medir su atmósfera. Si encuentran grandes cantidades de oxigeno en su atmósfera, sería un buen candidato para soportar vida.

Fuente: Fraser Cain en universetoday y McDonald Observatory News Release

Imagen: http://www.universetoday.com/wp-content/uploads/2007/12/2007-1205het.jpg