Las estrellas de neutrones son los restos de las estrellas masivas (de entre 10 y 50 veces la masa solar) que han colapsado bajo su propio peso. La mayoría tienen solo 20km de diámetro, pero son tan compactos que una cucharada de materia de una estrella de neutrones pesaría más o menos cien millones de toneladas.
Otras dos propiedades físicas caracterizan a una estrella de neutrones: sus rápidas rotaciones y fuertes campos magnéticos. Los magnetars forman una clase de estrellas de neutrones con campos magnéticos ultrafuertes, aproximadamente 1000 veces más fuerte que el de cualquier estrella de neutrones normal, haciéndolas los objetos con campos magnéticos más fuertes del cosmos. Pero los astrónomos no saben por qué los magnetars brillan en rayos X. Los datos de los observatorios espaciales XMM-Newton e Integral de la ESA están siendo usados para probar, por primera vez, las propiedades de los magnetars.
Hasta ahora, se han encontrado unos 15 magnetars. Cinco de ellos son conocidos como repetidores de gamma suaves, o SGRs, porque esporádicamente liberan estallidos grandes y cortos (durando aproximadamente 0.1 segundos) de rayos gamma de baja energía (suaves) y duros rayos X. El resto, unos 10, están asociados con púlsares anómalos de rayos X, o AXPs. Aunque se pensaba que los SGRs y los AXPs eran cuerpos distintos, sabemos ahora que comparten propiedades y que sus actividades se sustentan por sus campos magnéticos fuertes.
Los magnetars son diferentes de las estrellas de neutrones normales porque se piensa que sus campos magnéticos internos son suficientemente fuertes para retorcer la corteza estelar. Así como un circuito alimentado por una gigantesca batería, estos retorcimientos producen corrientes en la forma de nubes de electrones que fluyen alrededor de la estrella. Estas corrientes interaccionan con la radiación que viene de la superficie estelar, produciendo los rayos X.
Hasta ahora, los científicos no han podido probar sus predicciones, porque no es posible producir tales campos magnéticos ultra-fuertes en laboratorios en la Tierra.
Para comprender este fenómeno, un equipo liderado por el Dr. Nanda Rea de la Universidad de Amsterdam usó los datos del XMM-Newton e Integral para buscar estas nubes densas de electrones alrededor de todos los magnetars conocidos, por primera vez.
El equipo de Rea halló pruebas de que las corrientes de electrones grandes existen realmente, y pudieron medir la densidad de electrones que es de un millar de veces más fuerte que la de un púlsar normal. También han medido la velocidad típica a la cual las corrientes de electrones fluyen. Con ello, los científicos han establecido ahora un vínculo entre un fenómeno observado y un proceso físico real, una clave importante en el rompecabezas del entendimiento de estos cuerpos celestes.
El equipo está ahora trabajando duro para desarrollar y probar más modelos detallados en la misma línea, para comprender completamente el comportamiento de la materia bajo la influencia de tales campos magnéticos fuertes.
Fuente: Universe Today