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Investigadores de la Open University, han sentando las bases para una nueva ecuación que podría cuantificar matemáticamente el potencial para albergar vida, de modo similar a como la ecuación de Drake estima el número civilizaciones inteligentes extraterrestres en la Vía Láctea.

El Dr. Axel Hagermann ha expuesto este método para determinar el ‘índice de habitabilidad’ en el European Planetary Science Congress que se celebró en Postdam, Alemania, el 17 de septiembre.

“Actualmente, no existe una manera sencilla de comparar directamente la aptitud de diferentes entornos ambientales como habitáculos para la vida. La definición clásica de entornos ambientales habitables es aquel que posee un disolvente, como por ejemplo el agua, y la disponibilidad de materias primas para la vida, condiciones benignas y alguna fuente de energía, de tal manera que tengamos tendencia a definir el lugar como ‘habitable’, si caen en la zona donde estos criterios encajan en el diagrama de Venn (*). Esto resulta adecuado para casos concretos, pero no nos arroja ningún valor cuantificable para poder comparar exactamente el grado de habitabilidad de un entorno ambiental con respecto a otro, hecho que considero muy importante”, ha manifestado el Dr. Hagermann, de Recklinghausen, Alemania.

El Dr. Hagermann y su colega el profesor Charles Cockell tienen el ambicioso objetivo de desarrollar un único indicador normalizado de habitabilidad que describa matemáticamente todas las variables de cada uno de sus cuatro criterios. Inicialmente se están centrando en la descripción de todas las cualidades de una fuente de energía que pueda ayudar o impedir el desarrollo de la vida.

“La radiación electromagnética puede parecer simple para cuantificar en términos de longitudes de onda y julios de energía, pero hay muchas cosas para considerar en términos de habitabilidad. “Por ejemplo, mientras que las longitudes de onda visible infrarroja son importantes para la vida y procesos vitales como la fotosíntesis, la radiación ultravioleta y rayos X son perjudiciales. Si puedes imaginar un planeta con una atmósfera delgada que permita pasar a su través parte de ésta radiación, debe existir una cierta profundidad en el suelo en donde la radiación ‘nociva’ haya sido absorbida, y en cambio la radiación ‘buena’ pueda penetrar. Pretendemos ser capaces de definir ésta región óptima habitable de manera que podamos afirmar de que es ‘habitable’ o ‘menos habitable’ que un desierto en Marruecos, por citar un ejemplo”, ha afirmado el Dr. Hagermann.

Ambos han presentado su estudio inicial y han demandado opiniones de sus colegas en el European Planetary Science Congress.

“Pueden existir varias razones por las que un índice de habitabilidad no vaya a funcionar y con tantas variables a considerar, no será una tarea fácil de desarrollar. Sin embargo, éste tipo de índice tiene el potencial de ser una herramienta de difícil valoración hasta que comencemos a comprender más acerca de las condiciones necesarias para la evolución de la vida, y encontremos lugares de su existencia no solo en nuestro Sistema Solar sino también más allá, que puedan ser habitables”, añadió Hagermann.

(*)Los diagramas de Venn, son ilustraciones usadas en la rama de la matemática conocida como teoría de conjuntos, que se usan para mostrar gráficamente la relación matemática o lógica entre diferentes grupos de cosas (conjuntos), representándose cada uno de ellos mediante un óvalo o un círculo.

Fuente: Science Daily