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¿Quién podría olvidar el pasado mes de octubre, cuando todo el mundo estaba impresionado por el inmenso estallido del Cometa Holmes? Esta erupción fue la mayor registrada en un siglo. Afortunadamente para nosotros, un telescopio del Reino Unido estaba en el lugar y tiempo precisos para capturar las primeras imágenes de este evento que solo ocurre una vez en la vida.

El SuperWASP-North en la isla de La Palma fue construido por científicos del Reino Unido para descubrir planetas alrededor de otras estrellas. Las 8 cámaras que conforman el sistema operan robóticamente, rastreando automáticamente grandes áreas del cielo cada noche. Por casualidad, a las 23:39 GMT de la noche del 24 de octubre de 2007, estaba apuntando justo al Cometa 17P Holmes.

«Para cuando el SuperWASP había fotografiado el cometa, había incrementado su brillo en un factor de 1000» explica el Dr. Henry Hsieh. «Pero esto fue alrededor de 3 horas antes de que cualquier persona lo hubiera visto.» (El honor del hallazgo corresponde al astrónomo amateur Juan Antonio Henriquez Santana que vio la erupción desde Tenerife.) En las dos horas posteriores el cometa siguió subiendo su magnitud, hasta que el SuperWASP ya no pudo medirlo debido a que era demasiado brillante para las cámaras.

Orbitando el Sol, los cometas están compuestos principalmente de gases helados y partículas sólidas microscópicas en un pequeño núcleo sólido. Cuando se acercan a nuestra estrella, se calientan, liberando gases y otros materiales helados. La mayoría de nosotros entendemos los gases expulsados y las propiedades de las colas cometarias, pero durante este estallido, el Cometa Holmes liberó una gran cantidad de su material enseguida.

Dos días después de que empezara la erupción, la luz del Sol que se reflejaba en el material eyectado hizo que el cometa fuese un millón de veces más brillante que antes, haciéndolo visible para los observadores situados en el Hemisferio Norte. el Dr. Hsieh comenta:

«En las siguientes semanas, el SuperWASP continuó observando el Cometa Holmes mientras la nube de polvo y gas envolviendo al núcleo de 3 kilómetros del cometa se expandía a ritmo constante. El 31 de octubre, la nube ya tenía un diámetro de 900.000 km, o lo que es lo mismo, más del doble de distancia que separa a la Tierra de la Luna. Usando las observaciones del SuperWASP, calculamos la velocidad de expansión del borde exterior de la nube en torno a 1500 km/h y el 17 de noviembre la nube era de 2 millones de km, mucho más grande que el Sol.»

Dos semanas después del estallido, el SuperWASP halló la débil y delicada cola del Cometa Holmes, compuesta del gas liberado del núcleo. Mientras los astrónomos lo observaban en las siguientes semanas, esta cola fue gradualmente desvaneciéndose y se alejó del cometa. A pesar de que bastantes astrónomos en todo el mundo enviaron las imágenes del cometa, la causa concreta del estallido es aún un misterio. Todo lo que sabemos ahora es que ocurrió una vez en 1892, y ha vuelto a ocurrir, así que no debemos perder la vista de este enigmático cometa.

Fuente: Universe Today
Animación del estallido