Puede que los astrónomos hayan detectado una nueva clase de explosiones de rayos gamma (GRBs). Si la interpretación de los datos es correcta, los astrónomos tendrán que revisar las causas de estas poderosas explosiones.
Los GRBs son explosiones de radiación muy cortas. Actualmente se dividen en dos categorías: las «explosiones largas» duran más de dos segundos y se piensa que ocurren cuando estrellas masivas explotan y sus núcleos se colapsan en agujeros negros. Las «explosiones cortas» duran normalmente menos de un segundo, y se sospecha que se producen cuando se fusionan dos estrellas de neutrones o una estrella de neutrones y un agujero negro.
Hasta ahora ha costado mucho trabajo estudiar estas explosiones porque son muy breves. Pero desde 2005, el telescopio espacial Swift de la NASA ha girado lo suficientemente rápido como para localizar las posiciones de estas explosiones. Todas estas explosiones cortas están como mucho a 6.500 millones de años luz de la Tierra.
Ahora, los astrónomos, liderados por Antonio de Ugarte Postigo del Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA) en Granada, España, dicen que podría haber un tercer tipo de GRB, una clase «intermedia» de GRB. Basan sus argumentos en un GRB de 1.97 segundos detectado por primera vez con el satélite HETE-2 el 21 de enero de 2006.
Dicen que el evento, denominado GRB 060121, se parece a un GRB corto en términos de la radiación emitida, pero está situado mucho más lejos que todos los GRBs conocidos. Parece estar situado a 12.700 millones de años luz de la Tierra. Pero esto no es totalmente cierto porque el espectro muestra características que lo podrían colocar a una distancia de 10.100 millones de años luz.
Las observaciones muestran que podría liberar hasta 100 veces más energía que los GRBs cortos, y mucho más que los GRBs largos.
No se sabe cuál es el responsable de la gran energía involucrada, pero hay varias posibilidades propuestas. Podría explicarse si los GRBs cortos a grandes distancias – correspondiente a los primeros tiempos del Universo – canalizaran su radiación en chorros más estrechos que los GRBs cercanos a la Tierra.
Si esos chorros apuntan a la Tierra, el GRB podría parecer mucho más poderoso que un GRB que canaliza su radiación en chorros más anchos.
Otra de las posibilidades es que las estrellas de neutrones en los comienzos del Universo eran más masivas que las que vinieron después. O tal vez giren más rápidas y por ello liberan más materia a un disco cuando se fusionan, creando explosiones más poderosas.
Se especula con otras teorías, pero el tiempo pondrá a los GRBs en su sitio.
Traducido por Isaac Lozano para Latinquasar.
Fuente: New Scientist