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¿Son las galaxias las que se forman primero y posteriormente se origina en su centro un agujero negro o quizás sean las galaxias las que se formen alrededor de un agujero negro ya existente? Este es el dilema astronómico a nivel cósmico semejante a aquel que dice ¿que fue primero el huevo o la gallina? La respuesta parece ser que son los agujeros negros los que se forman antes que su galaxia anfitriona y de alguna manera ésta se forma posteriormente a su alrededor. Las evidencias se amontonan, ha manifestado Chris Carilli, del National Radio-Astronomy Observatory (NRAO) en una conferencia de prensa celebrada en la reunión de la American Astronomical Society. Mediante la observación con el radiotelescopio Very Large Array y el Plateau de Bure Interferometer en Francia y con una resolución del orden del sub-kiloparsec, los investigadores han podido “pesar” las galaxias más primitivas, las que se formaron dentro de los mil millones de años después del Big Bang.

Estudios anteriores de galaxias y de sus respectivos agujeros negros centrales en el Universo más reciente, revelaron que existe una intrigante relación entre las masas de los agujeros negros y el conglomerado de estrellas y gases circundantes de las galaxias. La relación existente entre las masas del agujero negro y el conglomerado central viene a ser casi la misma para una amplia gama de tamaños y edades de galaxias. Para los agujeros negros centrales cuya masa oscila entre unos pocos de millones a muchos miles de millones de veces la masa de nuestro Sol, la masa del agujero negro suele estar entre 1/1000 de la masa del conglomerado galáctico que le rodea.

“Esta relación constante indica que el agujero negro y el conglomerado están de alguna manera mutuamente interrelacionados”, ha manifestado DominiK Riechers del Caltech, quién añadió: “La gran cuestión radica en si uno crece antes que el otro o si ambos crecen al unísono, manteniendo constante su relación durante todo el proceso”.

“Finalmente hemos podido medir las masas de los agujeros negros y de sus conglomerados en varias galaxias pertenecientes a los primeros mil millones de años después del Big Bang y los resultados apuntan a que pudo no haber existido una relación constante en el Universo primigenio. Los agujeros negros en estas galaxias jóvenes son mucho más masivos en relación a sus conglomerados respecto a los observados en el Universo cercano”, ha manifestado Fabian Walter del Max Plank Institute for Radioastronomy (MPIfR) de Alemania.

“La conclusión a la que se llega es la de que los agujeros negros se formaron primero”.

El siguiente desafío consiste en imaginar como se afectan mutuamente en el crecimiento el agujero negro y su conglomerado. “Desconocemos el mecanismo que entra en juego aquí, y porqué en algún momento del proceso se establece la relación estándar entre las masas”, manifestó Riechers.

Con los nuevos telescopios que actualmente se encuentran en construcción, tendremos las herramientas claves para desvelar éste misterio, añadió Carilli. “Con el Expanded Very Large Array (EVLA) y el Large Millimeter/submillimeter Array de Atacama (ALMA), dispondremos de espectaculares mejoras en la sensibilidad y poder resolutivo de las imágenes de los gases en estas galaxias a las pequeñas escalas necesarias para realizar estudios detallados de sus dinámicas”, agregó Carilli.

“Para comprender el Universo tal y como es actualmente, deberemos entender como se formaron las primeras estrellas y galaxias cuando el Universo aún era joven. Con los nuevos observatorios de los que dispondremos en los próximos años tendremos la oportunidad de aprender detalles importantes acerca del periodo en el que, el Universo todavía era un niño comparado con el adulto que es actualmente,” comentó Carilli.

Carilli, Riechers y Walter, trabajaron conjuntamente con Frank Bertoldi de la Universida de Bonn, Karl Menten del MPIfR, Pierre Cox y Roberto Neri del Institute for Millimeter Radio Astronomy (IRAM) de Francia.


agujero negro

Imagen ampliada realizada con el VLA de la masa de gas en una joven galaxia según era cuando el Universo solo tenía una edad de 870 millones de años.

Fuente: NRAO, AAS Press Conference y Universe Today