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La NASA ha decidido regresar a Júpiter con una misión sin precedentes, para realizar un estudio en profundidad del mayor planeta de nuestro Sistema Solar. La misión se denominará Juno, y será la primera vez que una nave espacial se situará en una órbita muy elíptica alrededor del planeta gigante para intentar comprender su formación, evolución y estructura.

Las misiones a Júpiter han sido aceptadas y posteriormente suspendidas. Una misión a Europa fue anulada, debido a los recortes presupuestarios de 2006, y un orbitador para las lunas heladas de Júpiter (que habría utilizado un reactor nuclear para proporcionar energía a un motor de iones enviado a orbitar tres lunas de Júpiter) le dieron el carpetazo en 2005. Juno ha estado sobre la mesa desde el 2004, sobreviviendo a los recortes aunque experimentando retrasos. Ahora, no obstante, parece que ya es oficial y la nave espacial será lanzada en agosto de 2011 y alcanzará Júpiter en el 2016.

Los científicos afirman que, estudiar Júpiter es importante debido a que, contiene secretos de procesos fundamentales y las condiciones que rigen nuestro Sistema Solar. “Júpiter es el prototipo de los planetas gigantes de nuestro Sistema Solar y se formó en sus comienzos, capturando la mayor parte de los materiales residuales después de que se formara el Sol”, ha manifestado Scout Bolton, investigador jefe del Juno, del Southwest Research Institute de San Antonio. “A diferencia de la Tierra, la masa gigante de Júpiter le permitió conservar su composición original proporcionándonos el camino para establecer la historia de nuestro Sistema Solar”.

La nave espacial orbitará Júpiter 32 veces, escudriñando unas 3.000 millas por encima de las nubes durante un año aproximadamente. Esta será la primera misión en la que una nave espacial funcionará con energía solar, y está especialmente diseñada para funcionar a pesar de la enorme distancia que la separa del Sol.

Bolton ha manifestado que “Júpiter se encuentra a más de 400.000 millones de millas del Sol o lo que es lo mismo, cinco veces más allá que la Tierra”. Juno está diseñado para que sea extremadamente eficiente en energía.

La nave espacial utilizará una cámara y nueve instrumentos científicos para estudiar el mundo oculto que subyace bajo las nubes coloreadas de Júpiter. La diversidad de instrumentos permitirán investigar: la existencia de un núcleo de roca helada, su intenso campo magnético, la existencia de nubes de agua y amoníaco en su atmósfera interior y explorar las auroras boreales del planeta.

Comprender la formación de Júpiter, resulta esencial para entender los procesos que condujeron al desarrollo del resto de nuestro Sistema Solar y cuales fueron las condiciones que condujeron a la formación de la Tierra y al desarrollo de los seres humanos. Al igual que el Sol, Júpiter está compuesto principalmente por Hidrógeno y Helio. Un pequeño porcentaje de planetas contiene elementos más pesados que los existentes en el Sol.

James Green, director de la División Planetaria de la NASA, situada en la Oficina Central en Washington, ha manifestado: “Juno nos ofrece una magnífica oportunidad para conseguir una imagen de la estructura de Júpiter de un modo que nunca fue posible anteriormente. Nos permitirá dar un paso adelante gigante en la comprensión de cómo se formaron y la función que desempeñan en el conjunto del Sistema Solar”.

La última misión a Júpiter fue la Galileo, que comenzó las observaciones de éste planeta en 1995, realizó 35 órbitas y posteriormente se estrelló intencionadamente sobre el planeta en el 2003, para evitar cualquier contaminación de sus lunas.

Fuente: NASA y Universetoday

Imágenes:
http://juno.wisc.edu/../Juno-Payload-System.jpg