Neptuno era en la mitología romana el dios del mar, en la griega era llamado Poseidón. Hacia 1840, dos astrónomos que trabajaban por separado, el inglés Adams y el francés Le Verrier, buscaban un planeta más alejado de Urano que cumpliese las leyes de Newton e influyese en éste en su órbita alrededor del Sol.  Años más tarde, los astrónomos alemanes Gottfried Galle, del observatorio de Berlín, y Ludwig d’Arrest, un astrónomo aficionado, dirigieron sus telescopios hacia donde Le Verrier había predicho que iba a estar el nuevo planeta, encontrando cerca de aquí al gigante Neptuno.

 Poco después se encontraría a su satélite Tritón, que recibe este nombre por ser el hijo de Poseidón, el dios del mar.

Neptuno sólo ha sido visitado por una sonda, la Voyager 2, en 1989, permitiendo el descubrimiento de 6 lunas. Además, la sonda observó una Gran Mancha Oscura (GMO), parecida a la Gran Mancha Roja de Júpiter. La GMO se trata de una gigantesca tormenta del tamaño de la Tierra que gira en sentido antihorario.

Al igual que los demás planetas gaseosos, Neptuno posee un pequeño sistema de anillos, descubiertos desde La Tierra cuando los astrónomos observaban la ocultación de una estrella a su paso por el planeta.

La atmósfera de Neptuno está compuesta por hidrógeno (85%), helio (13%) y metano (el 2% restante). En ella, los vientos pueden alcanzar hasta los 2.000 Km/h.

Neptuno tiene 11 lunas, aunque de ellas, Tritón es la más interesante, ya que se trata del punto más frío del Sistema Solar, alcanzando temperaturas de -235ºC. Tiene una fina atmósfera y un casquete polar en el hemisferio sur compuesto de metano helado.